sábado, 22 de septiembre de 2007

4 de Septiembre

Después de una boda memorable, tras el estrés de volver a Valencia y arreglar la putadilla del piso (la venganza será terrible).... con la mochila cerrada a última hora, pillamos el tren y llegamos a la tan famosa T4 de Barajas.
Nuestro vuelo nos llevó a un Londres muy estricto con la seguridad (por poco no te despelotan), donde todo el mundo nos confundía con italianos. Al menos, entre hora y hora de espera pudimos disfrutar de las famosas Muffins de "choco".


Muchísimo velo en la terminal 3 y algún que otro casi BURKA. Noche larga pero descansada en el avión y aterrizaje en pleno desierto de Bahrein (que no teníamos ni p.., de dónde estaba).
Son tan extraños los desayunos en aeropuertos (tierra de nadie) que apenas tomamos una magdalena hasta nuestro siguiente vuelo a Kathmandu.
Ya en la puerta de embarque sorprende la cantidad de Nepalíes que van a subir al avión, está petao. Todos morenicos , bajicos y muy inquietos.
Al llamar por megafonía todos tienen prisa por subir, comer ya dentro del avión y bajar casi sin que éste se haya parado. Incluso las azafatas, sonrientes, se tuvieron que cabrear para sentar a toda aquella jauría.
Ha llovido en Kathmandu y el aeropuerto es un pequeño.... no, un GRAN CAOS. Eso sí, los nepalíes nos sellan el visado tras pagar 30 US y son muy amables, respetan al turista al máximo, incluso nos cuelan delante de todos ellos...

Ya casi es de noche y por fin aparece en medio de ese caos y en la vieja cinta de equipajes nuestras mochilas, ¿tendré ropilla pa cambiarme?. Una vez sales al hall, doscientos mil nepalíes locales chillando...!! taxi, sir, mister!!!.... por fin vemos el letrerito de nuestra agencia. Nos ponen un collar de flores en señal de bienvenida y no habíamos casi ni avanzado dos calles cuando nos chocamos contra una valla separadora de carriles en la carretera..y erso que decía que el cinturón de seguridad no era necesario, no allí,(menos mal..)
- No pasa nada_ dice Babin, nuestro guía castellanoparlante.
Entre la oscuridad, el ruido, luces, el claxon de los coches, bicis, motos, pobreza..... en un callejón, el lujo "relativo" del hotel(cinco estrellas).
Seguidamente, explicación del plan con el guía, llamadita a casa y cena exótica rodeados de otros españoles. Para los nepalíes, un lujo, para nosotros sólo 15 Euros por cabeza en buffet libre...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Menudo estrés de aviones... con lo que cansan lo aeropuertos!!

Por cierto momento mítico lo de los collarcitos floridos de bienvenida!!